Según la Asociación de Cafés Especiales de América (SCA), para que un café sea considerado de Especialidad tiene que alcanzar un puntaje entre 80 y 100 puntos en una evaluación hecha por un catador certificado denominado Q Grader. En esta cata, llamada “cupping” se controla el perfil de taza y la calidad del café en cada detalle.
Este proceso define de manera estricta si un café es de especialidad o no, sin especificar su especie (arábica o Robusta)
Alf Kramer, primer presidente de la Asociación de Cafés de Especialidad de Europa (SCAE por sus siglas en inglés), escribió la siguiente definición:
“Un Café de Especialidad se define como una calidad artesana de café, juzgada por un consumidor en un mercado limitado, que aprecia una calidad y un gusto único y personalizado, diferente de las demás bebidas de café en oferta.